Sobre el cilantrismo

 ¿Imagínate una religión llamada cilantrismo? Es ridículo a los ojos de cualquier lector decente, sin embargo, representa fuertemente la idea de la necesidad de ideas. Cilantrismo ha de denominarse acá a la tendencia hacia ideas de preservación del medio ambiente. Se acababan los años 90 y con eso se fue un optimismo occidental frente al triunfo del todo villano soviético. Con el comienzo del nuevo milenio surgieron preocupaciones, pero la que se llevó la primera plana es la cuestión del calentamiento global. Aumento de acidez de los océanos, aumento de nivel de agua, aumento de temperatura, aumento de fenómenos tropicales y una larga fuente de problemas.  La cuestión es que toda clase de problemas asociados a la preservación del medio ambiente han salido a la palestra en el debate público. Y no está mal, no está mal hacer patente estos problemas de consecuencias tan obvias. Lo que considero erróneo es el hecho de derivar religiones radicales y normalizarlo. Soy de la filosofía del gris, cuando lo considero correcto. A veces me mancho de negro, pero, nunca mantengo blanco. No soy políticamente correcto y por ello considero que debe prevalecer el genuino desarrollo de una civilización sobre el pánico apocalíptico del clima.

¿Se acuerdan de ese temblor que causa pánico pero que a la hora de la verdad fue efímera tembladera de patas? Pues bien, eso pasa con los veganos y animalistas de secta. Pero, para no desdibujar el argumento del contrario, pongamos algo más común, el ambientalista que se preocupa de la modificación humana del ambiente. Estos nobles sujetos promulgan un discurso apocalíptico dónde el fin del mundo se acerca por nuestras malas acciones, que curioso, creí leer similar discurso en sagradas escritura religiosas. El problema no es que tengan esqueleto religioso, uno de los principales problemas es que estas nuevas religiones se vanaglorian de superar a las antiguas, ¡Cosa falsa! Estos nuevos religiosos dicen no ser religiosos y en eso mismo se encuentra sus aires de superioridad, pero en el fondo es la misma necesidad humana de buscar el porqué del mañana, el evitar la falta de sentido. ¿Entonces qué tenemos? Tenemos que el cilantrismo muchas veces se vuelve en una perspectiva radical del futuro y sin embargo jura ser distinto a todo lo que le antecedió. 

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